29.6.06

Cuando el balón rueda... y se escapa un tragantazo

La locura del fútbol no tiene nombre.
Cuando un amigo, que solo a dado cuatro patadas a un balón en su vida, se desplaza a la Bella Italia (y no me refiero a la pizzería) para jugar un partido de fútbol y doy fé de que echará por la boca los higadillos, a los veinte primeros minutos, es que el fútbol levanta, mas que pasiones, esquizofrenia. Resulta que un grupo de Erasmus italianos van a Cádiz, les da por jugar un partido de fútbol, les darían para ir pasando, y años después solicitan revancha, pero ahora en casa. Claro que el viaje no lo paga Erasmus, lo pagan de su bolsillo los ex-estudiantes gaditanos. Y ahí aparece mi amigo, que del fútbol solo le gusta las cogorzas que se coje cuando va a ver el Cádiz de sus amores.
Otra historia futbolera surge hace no mucho. Llevaba poco tiempo trabajando en una empresa cuando me ofrecen la posibilidad de participar en una liga de fútbol-7, por supuesto acepto.
Los equipos van divididos por plantas que hay en el edificio de la empresa. Se apunta gente de diverso rango en la empresa, y claro está, en pantalón corto todos somos iguales, y además si no llevan el cartelito de "soy uno de tus jefes" uno que lleva poco tiempo y si es de otra planta pués ya me dirás.
Comenzaba la segunda jornada, ya que de la primera jornada mejor ni acordarme, solo de pensar que eramos seis jugadores solo me hace que me tiemblen las piernas de flaqueza, pués a lo que iba, comienza el partido muy igualado desde el pitido inicial al final, a los pocos minutos uno de miscompañeros sale desde el area, regatea a un par de rivales, se hace un esguince que aún lo veo en muletas, me pasa el cuero, encaro al portero y cuando parece que voy a tirar paso el esférico a otro compañero que remacha a puerta vacía. Todos lo vimos así, menos este último que cree que el balón le llego de un rechace y cambia con mucha calidad la pelota de palo ante la salida espectacular del portero. Cada uno lo ve como le sale del... interior.
Que bonito es el fútbol, ¿no?, pues no. A falta de cinco minutos un jugador de nuestro equipo, de condición física más bien química, se le ocurre la brillante idea de regatearse a un par de contrarios en el area pequeña nuestra, resultado: gol de ellos. Tres minutos mas tarde el peor del equipo rival se cruza todo el campo con la bola, a trancas y barrancas, todos, faltos de fuerza esperando que en una de estas perdiera el balón solo, pues el menda se saca un chupinazo horroroso pero con dirección a portería, nuestro portero, con afán de lucimiento se tira en palomita y cae al suelo en forma de puente, y por el hueco se cuela el balón, gol que se celebra con risas en la grada.
Pero ahí no acaba la cosa, me lanzo de palomero, con una ampolla en el pie izquierdo como un balón de Nivea, me pasan un balón largo lo bajo con el pecho (de forma patatera, no os vayais a creer que Luis Aragonés no me llevó a Alemania porque me tenía manía) y me pega uno de ellos una tarrascada por detrás propia del mismisimo Tasotti, el arbitro no vió nada, puesto que lo único que hacia era llevar el crono, y me levanto envuelto en cólera y le hago una a lo Juan Martagón, pero tocando bola ¡eh!, el menda se me encara y os juro que me iba a pegar, cuando se me escapan las manos y le endoso una pedazo de tragantada a dos manos que se tuvo que tragar la nuez, y aún sacándome un par de cabezas se cagó, y la cosa no llegó a mayores.
Tras el partido nos tomamos las ineludilbes cervezas, y me dicen:
-Joder, no tienes tú huevos, pues no has cogido por el pescuezo al supervisor de la planta de arriba.
¡Tierra tragame!

5.6.06

Los Pi Chas de Cadi?

En Cádiz, ciudad trimilenaria existen vocablos identificativos: bastinaso, potala, quillo,... pero la que se pronuncia con ese arte especial y esa gracia tan gaditana es "pisha".
Se usa en todo tipo de expresiones, para llamar, para exclamar...
Las "pishas" viajeras van perdiendo su esencia, y se van transformando en unas pichas al alcance de cualquier hispanoparlante.
Como muestra un botón, ubicando la acción: hace un par de sábados, en el Carrefour de Las Rosas en Madrid, con uno de mis cuñados, que estuvo visitándome esa semanita, nos vimos a lo lejos unos colores que todo gaditano distingue a varios años luz de distancia. Hablo del azul y amarillo. Pues si, un nota con una camiseta del gran maestro del fútbol mundial, el Mágico. Y cuando en una de las vueltas por allí, nos lo cruzamos, le dice mi cuñado:
- Ole ese Cadi weno.
A lo que contesta el nota:
- Ole pi cha
A lo que me contesta mi cuñado:
- Ese tío no es de Cadi, no?

Pues claro que lo era, lo que ocurría es que el pisha con "sh", se habia madrileñizado y ahora lo decía con "ch" pero haciendo una pausita entre el pi y el cha, como queriendo ser finolis y gadita a la vez. Yo le explique el tema, y le dije si es de Cádiz, pero será de la peña Kilometro 0-Cádiz 2, que casi todos hablan así. Y ponen los cubatas mas baratos para ellos nada más y los demás, los cadistas de verdad, a apoquinarle, no a ellos, sino a un tío que le importa tres cominos el Cádiz y empresario de la noche madrileña de Cuatro Caminos.

A lo que mi cuñado me respondió, casi sin pensar:
-Que bastinaso pisha.

Yo le dije que fueramos a la pescadería a por unos robalitos, que para los "pi chas" son lubinas, que nos la ibamos a comer al horno, que estarían del carajo, para los "pi chas", estarían debuti.

vamos al sol

vamos al sol