Recordando cuantos cuentos, que me doy cuenta cuanto me han engañado. Que si. El principe (dos galletas rellenas de chocolate) persiguinedo a una tía buena con un zapato en la mano. Si, el de la cenicienta, para que se lo prueba a una gorda, una larguirucha con un cuarenta y tres, si el zapato sería un trenta y seis por lo menos. Y no apestaba el zapato?, devorolor no tenía, porque estaba rodeada de ratones y se los habrían roido, así que olería entre humedad y cabrales, mezclado con zotal, además tendrían marcas de juanetes, o esa mujer todo el santo día limpiando no le salían juanetes?, nada mas que a mi madre le van a salir? Un mojón pa ella.
Hablando de ratones, el ratón Pérez, que falacia. Un ratón que se lleva un diente y te trae veinte duros, ahora un euro, para que no digan que con el euro no se ha puesto todo mas caro, ves como ya le sale mas caro al ratón Pérez llevarse el diente, pero que camelo es ese? En mi casa cuando se colaba un ratón ponian un pegamento especial para pegar ratones y suelas de zapatos, porqué al ratón Pérez no? por el interés te quiero Andrés.
Blancanieves y los siete ena...que? Y no le dolía la espalda de vivir todo el día agachada en esa casa de enanos? Eso no hay quien se lo crea, doy fé de ello que he vivido un año en una buhardilla y fué semi-claustrofóbico. y de la amiga Caperucita roja, que decimos? No le daba verguenza a la madre vestir a la niña de esa forma? Y el lobo se mete en la casa de la abuelita a comerse a Caperucita en vez de comersela en el bosque que no lo veía nadie, perfecto.
De los tres cerditos no voy ni a comentar, porque es fascinante la velocidad de los tres cerdos arquitectos para construir y la capacidada pulmonar del lobo.
Y yo me los creía, y los disfrutaba. Realmente creo que los veía en mi imaginación, que manera de engañar a un inocente niño. Pues ahora gritoa los cuatro vientos que no me creo ná, y que los reyes son los padres, eso a joderse el que no lo sepa.
Érase una vez un cuento que era tal mentira que ni los niños lo creían, el cuento iba contándose por ahí, y nadie le hacia caso, todos se reían de él, jovenes, mayores, niños que solo quieren videoconsolas, perros que aprovecha para mearse en el cuento y que se yo mas. Todos se reían de los cuentos, menos el cuento, si era un cuento triste, porqué se reían de él? Pues otro día te lo cuento.
9.4.06
No me creo los cuentos, son ..., cuentos.
Publicado por El Kalandraka los 5:56 PM 4 comentarios
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