Sábado 22 de Septiembre de 2007, en Madrid, se celebra la II Noche en Blanco, a imitación de la pionera, en Paris y varias capitales europeas. Sobre el papel, una programación cultural amplia y desde las 21h. hasta las 07h.
Empezando por el programa, en el cual aparecía simplemete datos como: música, o visuales, arte en la calle,... pero casi sin indicarte qué, nos aventuramos a pasar la "Noche en Blanco".
Salimos del metro en Atocha Renfe, con intención de comenzar la ruta por el Retiro, abierto, excepcionalmente, toda la noche, y con actividades (según el programa). Pasamos junto al Museo de Antropología y... era un lugar tocado por la "Noche en Blanco". Curioseando, conseguimos enterarnos que había un espectáculo de danza, pero... estaba cerrado. ¿Cómo te vas a quedar esperando en la calle para un espectáculo que no sabes cuanto va a tardar? incluso tampoco sabiamos siquiera si habría otros pases (hay que tener en cuenta que nadie sabe nunca nada, y la gente es capaz de esperar por una sesión que, facilmente, no existe). En resumen, pasamos de la danza (nunca me ha llamado la atención, y, ni gratis, me entusiasma) y de esperar sin saber nada.
Continuamos hacia el Retiro, pero al pasar junto a la primera puerta, en la Avenida Alfonso XII, solo vimos caminos iluminados, pero ni rastro de actividad alguna. Soy capaz de perderme en el Retiro de día, imaginaros de noche, y una noche lluviosa, para colmo, con lo cual eliminó la posibildad de disfrutar, como mal menor, de un paseo nocturno excepcional.
Llegamos a Puerta de Alcalá, y... primera gran cola, ¿para qué? ¿qué hay en ese stand? ¡¡¡botellitas de agua!!! y calientes. Al lado una pantalla, apagada. Eso si la Puerta de Alcalá envuelta en un efecto de humo, y mucha publicidad corteinglesa.
Bajando Alcalá, parada en Casa de América, una locución, que no se sabe cuanto tiempo llevaba, unos andamios con unos donuts gigantes muy a lo Simpson, encima de unos grandes andamios. Al llegar no sabes de que va la locución ni el sentido que tiene, totalmente, una conferencia de los Brahma kumaris. Al cruzar, vemos un pequeño escenario, una entrevista en unos sillones por no se sabe quien a no se sabe quien, sin volumen, totalmente abstracto. Una cabeza caliente enfocando a gente que saluda a cámara, único objetivo.
Pero, desde ahí divisamos el Banco de España abierto, ¡nuestro oro!, intentaré que me den mi parte. Pppppprrrrr, para mi. Una cola inmensa, pero inmensa en todo el sentido de la palabra, y no de uno en uno, sino fila gruesa. Así que desistimos.
Justo enfrente, el cuartel General del Ejercito de Tierra, el Palacio de Buenavista. Unos jardines iluminados y... unas colas larguísimas, que salían hacia la derecha. Íbamos a pasar de largo cuando descubrimos que por la izquierda no había cola y para adentro. Unos jardines con una iluminación azulada con una decoración, como si fuera el naufragio de Piratas del Caribe, con sonido, todo muy contemporaneo, solo para la ocasión. En la puerta del palacio, un milico con un megáfono, dispuesto a contar la historia del palacio. Después de esperar un rato, el megafono tenía mucho que envidiar a los que se han puesto de moda en todas las ferias. Nos fuimos.
Dirección Círculo de Bellas Artes, y al pasar junto al Instituto Cervantes, cola larga (no llegaba a las dimensiones de las anteriores). Pero lo más grande, una cola para ver una exposición que lleva abierta desde ¡¡¡Mayo!!!. Desde Mayo abré pasado varias veces por allí y nunca he visto colas.
En el Circulo, como no, colas. Había teatro, cortos, animaciones,... Pues, nada de eso, eran alrededor de las 00h y no podías pasar al teatro porque no había función, solo un pase para un millón de persona (cifras que el Ayuntamiento dió como odficial en 2006). De los cortos nadie sabía nada, pondrían un par de cortos cortisimos, y en la quita planta una terraza para mirar. Pués en los ascensores, colas. Así que, para mirar dede un balcón, por muy Circulo de Bellas Artes que sea, y con la amplia oferta que nos esperaba fuera, ¿cómo te tragas tanta cola? no, por dios. Lo único entretenido fue cruzarnos en la puerta con Ana Belén, que salía de actuar allí mismo (evidentemente, fuera del programa de la Noche en Blanco) en la obra recien estrenada, Fedra. Fuera en la puerta una animación, donde desde la calle con un megafono, la gente, por turno y en cola, gritaba la frase que quisiera a un grafitero que estaba en los balcones del Círculo y lo escribía en unas telas que subían conforme completaba un renglón, cambiando el color de las letras, y formando así una palabra, que tenía toda la pinta de ser "texto" ¿?.
Continuamos por Gran Vía, iluminación especia en el edificio de Telefónica, colas en la puerta y en una esquina de la calle Montera un tumulto mirando para el fondo de la calle. Gran espectación, pero parecía que, por fin, veríamos algo. Pues si, un policia fortachón, se había caido de la moto. Al parecer, espectacular forma de bajarse de la moto, besando asfalto.
Seguimos bajando Gran Vía y en sentido contrario una manifestación, totalmente pacífica, Okupa: "tú tambien estas hipotekado, okupación". Atrás manifestación policial, más policias que manifestantes y algunos con la porra en la mano, amenazante. (¿dónde la esconderan cuando van de paisano?)
Al pasar por la librería "La Casa del libro" estaba repleta mientras un grupo de trompetistas tocaban. La gente agolpada en la puerta, intentando entrar por todos los medios. Un grupo de los que si toca en el metro pasan de largo, pero era la Noche en Blanco y mola mazo. Llegamos a Callao, donde supuestamente había actividades. Supuestamente. En Sol más de lo mismo, miniescenarios apagados y grandes colas en stand para repartir publicidad y folletos de información, que no de programación.
Desde allí oimos Bienvenidos de Miguel Rios, al inicio de la calle Alcalá había un escenario. No fuimos acercando, por si era un concierto. Y ante nuestro asombro era un karaoke, mejor dicho, una pantalla con el Sing Star de Playstation.
Así pasamos en Madrid la noche, en blanco.

Otra mamarrachada de Gallardón. Y sospecho, que hacerla coincidir con la fiesta del PC no es casualidad.